La cara B del descenso de las pateras

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Las ONG que trabajan sobre el terreno cuestionan el giro impuesto a las políticas de rescate por el Gobierno de Pedro Sánchez.


La política de Mando Único Operativo que hace ahora un año puso en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez para coordinar las actuaciones frente a la inmigración irregular en la zona del Estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y aguas adyacentes no deja de dividir a quienes trabajan la materia. Si bien fuentes oficiales (Salvamento Marítimo y Ministerio del Interior) hablan del éxito de la medida, esta no para de recibir críticas por parte de asociaciones, sindicatos y ONGs encargados de atender a los migrantes. El descenso en la llegada de inmigrantes a las costas andaluzas es un hecho objetivo que coincide en el tiempo con la implantación de ese ‘mando único’, pero que tiene que ver, sobre todo, con un acuerdo con Marruecos que ha llevado al país vecino a comprometerse con eficacia tanto en el sellado de sus fronteras como en el rescate de las embarcaciones que siguen echándose cada día al mar con la esperanza, bien de alcanzar una playa andaluza sin ser vistas, o bien de ser rescatadas por los servicios de salvamento españoles y no por los marroquíes, que los devuelven al punto de salida. Sea como fuere, aquel mando único creado en el momento más crudo de la crisis migratoria, cuando el volumen de llegadas alcanzaba el récord de más de mil rescatados en un solo día, se ha convertido en el centro de las críticas de los efectivos que trabajan sobre el terreno.

Dentro del SAR

El sindicato CGT, mayoritario entre el personal de Salvamento Marítimo, asegura que España está dejando actuar a la Armada marroquí dentro incluso del área de búsqueda y rescate que tiene encomendada, la conocida como zona SAR (área de búsqueda y rescate según sus siglas en inglés).

La dirección de Salvamento Marítimo, por su parte, alega que la coordinación entre España y Marruecos «se ajusta a todos los convenios internacionales».

Asociaciones como Caminando Fronteras señalan, sin embargo, un cambio en la manera de actuar por parte de Marruecos y España introducido a raíz de la reunión mantenida entre Sánchez y Angela Merkel el 11 de agosto de 2018 en el Parque Nacional de Doñana.

El objetivo del mando único era precisamente «coordinar los recursos humanos y medios materiales de la Administración General del Estado y la rápida transferencia de información para evitar la salida de inmigrantes desde las costas africanas». Inicialmente el plan estaría dotado de 30 millones de euros, pero más tarde la cifra se acompañaría de fondos que desbloquearía la Comisión Europea para ser transferidos a Marruecos.

La idea era que el país vecino pudiera así mejorar sus medios para ser más activo en materia de rescates.

Desde Caminando Fronteras se asegura que la llegada de esos fondos ha coincidido con un mayor número de «detenciones arbitrarias, desplazamientos forzosos y deportaciones que han causado estragos en el proyecto migratorio de las comunidades». Desde la ONG liderada por la activista Helena Maleno hablan de una relación directa entre la transferencia de esos fondos y la llegada a los asentamientos migrantes de «hordas de militares».

Por su lado, la Asociación de Abogados Extranjeristas señala también como una de las circunstancias alarmantes la poca transparencia de la administración marroquí en la gestión de esos recursos europeos.

El activista Ernesto Maleno (Caminando Fronteras) explica que el acuerdo entre Marruecos y España «reproduce pactos previos que ya se habían dado a lo largo de los años para externalizar el control migratorio y reforzar la militarización, lo que ha quebrado toda la política de integración marroquí que existía desde 2013 y todos los esfuerzos que las comunidades migrantes han hecho para acceder a derechos fundamentales».

El cambio de estrategia guarda ciertas similitudes sin duda con aquella que la Unión Europea llevó a cabo con Libia y que acordaba en el año 2017 una coordinación en materia de rescate y gestión de fronteras a cambio de una considerable suma de dinero.

Desde el Ministerio de Interior detallan que entre las funciones del Mando destacan las de «dirigir el centro de coordinación que gestiona las fronteras marítimas en la zona, centralizar la recepción de la información sobre inmigración irregular en los países de origen y coordinar las operaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de las fronteras marítimas de carácter permanente, las actividades de la Armada y de Vigilancia Aduanera en las labores de control de embarcaciones de inmigrantes irregulares».

Salvamento Marítimo asegura que «España sigue respondiendo a todas las emergencias como siempre y en ningún caso ha reducido su labor de rescate»; y añade que «Marruecos está asumiendo activamente la coordinación de las emergencias en su zona, utilizando medios propios o solicitando los nuestros si no disponen de ellos».

En cambio, Francisco Solans Puyelo, vicepresidente y portavoz de la Asociación de Abogados Extranjeristas, cree que la estrategia no ha sido la de reforzar los medios marroquíes de rescate sino que lo que se ha producido ha sido «un reparto de tareas entre ambos países». Este abogado explica que, tradicionalmente, España cooperaba con Marruecos en la zona SAR y los límites de las aguas siempre que fuera necesario ya que «se entendía que la prioridad era salvar vidas». Ahora, en cambio, España se limita a dejar a Marruecos los rescates.

Menos plantilla

Esta misma denuncia la comparten tanto el Servicio Jesuita al Migrante, con extensa experiencia en la atención a los migrantes, como la ONG Caminando Fronteras y el sindicato CGT. Los tres entes coinciden en que lo preocupante no es que Marruecos aumente la cooperación con España y su labor de rescate en la zona, sino que España haya reducido significativamente su actividad.

Otra de las consecuencias derivadas del cambio de estrategia es la reducción de hasta un tercio de la plantilla del personal de rescate de Salvamento Marítimo.

Con la llegada del Mando Único se acordó que los trabajadores no podrían estar más de 12 horas de guardia y que, si llegaran a esas 12 horas, entonces deberían permanecer al menos las 24 horas siguientes con el barco inoperativo.

Pero la realidad es que el personal no está respetando esas limitaciones y se lanza al mar cada vez que reciben un aviso, «estén o no de guardia», lo que ha aumentado la presión psicológica y las bajas por estrés de los trabajadores.

Desde Salvamento Marítimo, en cambio, aseguran que el cuerpo cuenta con «un amplio dispositivo que fue suficiente para rescatar el año pasado a 50.000 personas». Y aseguran que, «si se volviese a incrementar la actividad de manera significativa este verano hasta niveles comparables a los del año pasado, se volvería a valorar un posible aumento de refuerzos».

Menos exposición a las mafias

El Ministerio de Interior cifra en un 30,6% el descenso de llegadas de inmigrantes a las costas españolas hasta el 15 de julio respecto al mismo periodo del año anterior, lo que significa, a su juicio, una menor exposición al peligro y a las mafias.

Sin embargo, desde CGT consideran que la falta de transparencia de Marruecos impide hacer un balance fiable de la cifra de muertos y desaparecidos en estos meses.

La Asociación de Abogados Extranjeristas dice no contar con más datos que los de «aquellas personas cuyos cadáveres aparecen flotando, las desapariciones que se denuncian o las llamadas de auxilio que se conocen» y afirma que «ahí no se registra ninguna bajada».

Por último también el activista Ernesto Maleno lamenta la falta de cifras oficiales y cuestiona que realmente la actuación de las mafias haya disminuido en un 46% como sostiene Salvamento Marítimo.

«Llevamos meses exigiendo las listas oficiales de muertes y desapariciones», afirma, para añadir que nunca se las han entregado. «La gente sigue arriesgando su vida independientemente de los medios que se dispongan para el rescate», sentencia.

FUENTE:AQUÍ

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