Las fatales consecuencias del nuevo protocolo para el rescate de migrantes de Salvamento Marítimo

Use las teclas ← → (flechas) para navegación

Trabajadores del ente público y expertos en migraciones denuncian que la última tragedia en el mar del Alborán, con 22 migrantes desaparecidos, se debió a que los equipos de rescate españoles ya no buscan embarcaciones en aguas marroquíes. “Esto se ha convertido en un asunto de control migratorio, no de salvamento”, apuntan desde CGT.


Desde que la ONG Caminando Fronteras diera el pasado martes la voz de alarma tanto a Salvamento Marítimo como a las autoridades marroquíes, una precaria embarcación neumática con 49 personas a bordo, entre ellas, una niña de once años, ya llevaba varias horas a la deriva en el Mar de Alborán.

La siguiente información que se tuvo de esta patera fue que había sido rescatada por un ferry a once millas náuticas al norte del Cabo Tres Forcas, pero ya sólo había 27 personas a bordo. El resto había fallecido tras casi dos días de odisea en los que nadie los buscó o, al menos, no como se hacía hasta hace sólo un año. Los propios supervivientes, encontrados por el ferry que cubre la línea Melilla-Motril, relataron a las autoridades cómo tuvieron que arrojar al mar los cuerpos sin vida de sus 22 compañeros de travesía.

Según informó a este medio Salvamento Marítimo ese mismo día, los únicos medios que se movilizaron para localizar la embarcación fueron un avión de Frontex y otro del Ejército del Aire, el Rescue 12A. Pero no se desplegó ningún operativo de búsqueda y rescate de Salvamento Marítimo, ni por mar ni por aire, ya que, según informaron fuentes del ente dependiente del Ministerio de Fomento, la patera se encontraba en aguas correspondientes a la zona SAR (área de búsqueda y rescate) marroquí. Esta versión, también confirmada a otros medios, especifica que se ofreció ayuda a los equipos de búsqueda marroquíes, pero que estos no contestaron. Tan sólo después de que el ferry avisara a Salvamento Marítimo de que había rescatado a los 27 supervivientes, un helicóptero del ente público acudió para trasladar a seis de los rescatados hasta un hospital de Almería, dado su grave estado de salud. El resto ni siquiera fue trasladado a puerto por Salvamento Marítimo, sino que llegaron en el mismo ferry hasta Motril. 



Esta situación era impensable hasta hace sólo un año, denuncian la portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno, y fuentes sindicales de Salvamento Marítimo. Según reveló recientemente el diario El País, un tercio de los migrantes rescatados por Salvamento Marítimo en 2018 estaban en aguas de responsabilidad marroquí. En concreto, 16.618 personas de las casi 50.000 rescatadas y desembarcadas en puertos españoles. Pero el protocolo ante las alertas de pateras en peligro ha cambiado, según denuncia Ismael Furió, delegado sindical en la empresa por CGT, el sindicato mayoritario en Salvamento Marítimo, aunque el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, asegurara ayer que no no se ha cambiado la forma de rescatar.

2018 fue un año récord en la llegada de migrantes por vía marítima a España, que se convirtió en el primer puerto de entrada de la migración irregular en el Mediterráneo. La crisis de acogida del pasado verano, con jornadas en las que se rescataba a más de 1.200 personas en aguas del Estrecho y del Mar de Alborán, ocasionó un auténtico colapso con polideportivos y comisarías andaluzas desbordadas de migrantes recién rescatados. La situación llevó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a reforzar las tripulaciones de rescate —tras la insistencia de los propios trabajadores— y a nombrar en agosto un mando único en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para “centralizar la coordinación y el seguimiento” de las actuaciones realizadas o vinculadas con la inmigración irregular. En paralelo, España ha redoblado esfuerzos para que Marruecos tome una actitud más activa a la hora de interceptar las pateras que salen de sus costas y ha presionado en la Unión Europa hasta lograr que el país alauí reciba 140 millones de euros para mejorar sus medios de control fronterizo.

Sólo se busca en aguas españolas

Desde entonces y paulatinamente, afirma Furió, los protocolos en los rescates de Salvamento Marítimo se han modificado para reducir el número de migrantes que desembarcan en un puerto español. “Ya no se hace nada sin que lo ordene el mando único, que es un cuerpo militar, dirigido por la Guardia Civil. Nosotros somos un cuerpo civil encargado de prestar auxilio en el mar, con independencia de quién sea el que está en apuros, pero ya no se mueve ninguna lancha o barco nuestro sin que lo ordene este mando“, sostiene.

La tragedia del martes, esos 22 muertos que han elevado hasta los 201 el número de fallecidos o desaparecidos en la ruta española del Mediterráneo, “son una consecuencia directa del nuevo protocolo”, denuncia este delegado sindical. “Las órdenes ahora son que se avisa primero a Marruecos y a la Guardia Civil. Nosotros ya sólo salimos si la patera está en aguas españolas”, prosigue. “Esto se ha convertido en un asunto de control migratorio, no de salvamento”, lamenta.

Para Helena Maleno, que recibe a diario avisos de los migrantes a la deriva y se encarga de alertar tanto a España como a Marruecos para que los localicen, el cambio ha sido notable respecto al 2018. Siempre denunció la mala coordinación entre las autoridades marroquíes y las españolas a la hora de localizar embarcaciones, pero ahora “hay directrices políticas de control migratorio que se trasmiten al personal de Salvamento Marítimo”, apunta. La activista denuncia que “Salvamento Marítimo está siendo instrumentalizado” y que estas políticas “son las que van a imperar en Europa cada vez más”, a pesar de que “nuestros servicios de rescate eran referentes en Europa y en el mundo”.

“Ese protocolo hace que haya un sesgo que prioriza el control migratorio en vez de la defensa del derecho a la vida”, añade. Según esta activista y periodista experta en migraciones afincada en Marruecos, los equipos de salvamento marroquíes “no tienen medios suficientes adecuados ni por mar ni por aire”, insiste. “Estas tragedias se producen cuando delegamos el control migratorio en terceros países y no les apoyamos a la hora de rescatar”, denuncia.

Reducción de plantillas en Salvamento Marítimo

Según Maleno, los acuerdos con Marruecos y el apoyo económico europeo están surtiendo efecto. “Hemos detectado que ha descendido el número de embarcaciones que salen desde Marruecos. Hay mucho más control policial tanto en las playas como en los bosques de Marruecos, incluso en las ciudades como Tánger o Nador. Se han reducido las salidas de personas subsaharianas, aunque no las de marroquíes”, puntualiza.

Las cifras oficiales confirman esta apreciación. Hasta el 15 de junio de este año han llegados a las costas españolas 8.834 personas migrantes rescatadas de 319 pateras, frente a los 10.746 que  llegaron en 463 embarcaciones en el mismo periodo de 2018, según los últimos datos del Ministerio del Interior.

Esta fue la razón que alegó el Gobierno para retirar los refuerzos de la plantilla de Salvamento. “Hace un mes que tenemos un tercio menos de trabajadores, pero es que ya eran necesarios antes de la crisis del año pasado. Ahora no hay tripulaciones que releven a personas que llevan 16 o 20 horas en el mar. Tenemos muchas veces barcos de rescate inoperativos simplemente porque no hay personal”, detalla Furió. Esta situación está haciendo mella “física y psicológica” en la plantilla, sostiene. La radiografía es “dramática”, según el delegado de CGT: “En Cádiz y Tarifa estamos desbordados. En Barbate, la única embarcación está inoperativa la mayor parte del tiempo y en Algeciras hay una lancha que tiene 30 años y está bastante destrozada”, resume.

Silencio informativo “impuesto”

Furió también destaca el apagón informativo que, según él, también “ha impuesto” el mando único. “Ya no se informa en redes sobre los rescates de migrantes y hay problemas para conseguir cifras. También hay presiones a los trabajadores para que no hablen con la prensa. A mí mismo me han advertido duramente por mis declaraciones en medios, pero me no me importa. Esto tiene que denunciarse porque hablamos de personas que se ahogan”.

Del mismo modo destaca el conflicto laboral que recientemente se desató con el personal subcontratado por Fomento con la multinacional Babcock, que pretendía reducir los salarios un 13% a los operadores aéreos. “No se bajan los sueldos pero seguimos sin reparar los radares en los aviones para localizar personas en el mar”, critica. Aunque tampoco es que sirvan de mucho si los medios aéreos de la empresa no se utilizan para rescatar. “No nos movilizan apenas. Esta patera fue buscada por aviones de Frontex y del Ejército, que no pueden entrar en el espacio aéreo marroquí y nos son efectivas”, destaca.

Al estilo italiano

Para la experta en migraciones del CIDOB Blanca Garcés, el Gobierno ha visto que “es más fácil evitar que los migrantes salgan que evitar que lleguen”, de ahí la presión para que se financie a Marruecos. Al mismo tiempo, indica “está habiendo una externalización del rescate, lo que implica una transferencia de competencias de facto a las guardias costeras de los países del sur unido a un repliegue de los servicios de salvamento del norte”, es decir, que se está haciendo con Marruecos “lo que hemos visto con Libia e Italia”.

Sin embargo, explica esta experta, la reducción de llegadas será solo temporal. “Lo que vimos con las primeras medidas de control fronterizo a principios de los años fue una reducción de las llegadas, pero, a medio termino llevan a un aumento de las llegadas en otros puntos”. Como ejemplo pone la instalación del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE)  en el Estrecho y el ” consecuente aumento de las llegadas de migrantes a las Islas Canarias poco después”.

Pero este descenso en las llegadas no tranquiliza a los trabajadores de Salvamento Marítimo, que ven llegar el verano, la temporada con más salidas de pateras debido al buen tiempo, mientras cuentan con menos trabajadores y menos embarcaciones. “Esta situación, por desgracia, se va a repetir si no hay cambios”, sentencia Furió. Para Helena Maleno, “la situación es horrible, desesperante. Es como cuando un médico no puede curar a un migrante porque no se le permite”.

FUENTE:AQUÍ

 

Use las teclas ← → (flechas) para navegación