Se acabó la pesadilla

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Marruecos archiva la causa de la defensora de los inmigrantes y de sus llamadas que salvan vidas


“Hoy se ha hecho justicia en Marruecos, que también es mi país”. Se acabó la “pesadilla”, como ella mismo lo ha definido, de Helena Maleno, la activista defensora de los derechos de las personas inmigrantes, afincada en la ciudad de Tánger desde el año 2002. El Tribunal de Apelación de la ciudad marroquí ratificó la decisión de un juez de instrucción y archiva definitivamente la causa penal abierta contra esta periodista, investigadora y defensora de los derechos humanos.

La pesadilla comenzó hace siete años cuando la Fiscalía marroquí abrió una causa contra la activista, a instancias de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (Ucrif) de la policía española, por un presunto delito de “implicación con las redes que organizan la inmigración ilegal” desde Marruecos a España. Los servicios secretos marroquíes llevan años rastreando las actividades de Maleno, sin que hayan podido descubrir prueba alguna. De haber prosperado la acusación, la española podría haber sido condenada a duras penas de prisión, e incluso a cadena perpetua.


Miles de vidas se han salvado en el Estrecho gracias a ella y a su oenegé Caminando Fronteras.


El teléfono de Helena Maleno es, posiblemente, el más conocido de Marruecos. Antes de embarcarse en la travesía hacia España, muchos inmigrantes lo tienen memorizado. Ella es la persona a la que siempre avisan cuando surgen dificultades en la travesía. Es Helena quien da la voz de alarma a Salvamento Marítimo, a Marruecos o a Argelia. Miles de vidas se han salvado en el Estrecho gracias a ella y a su oenegé Caminando Fronteras.

Esta labor humanitaria fue considerada por la Policía, entonces bajo el Gobierno del PP, como “implicación en las redes mafiosas”. Maleno es la encargada de asegurar que los inmigrantes ilegales puedan llegar a España”, acusaba en el 2012 la Ucrif, quien envió a Marruecos una solicitud de investigación y aportaba un presunto dossier criminal sobre ella.

Marruecos abrió proceso contra la española. “Han sido quince meses en los que he respetado y afrontado un proceso judicial que ha sido muy duro, pero al final la verdad ha resplandecido”, aseguraba ayer. “Europa se ha convertido en un continente muy peligroso para las personas que defendemos los derechos de otras personas”, añadía.

Natural de El Ejido (Almería), donde nació en 1970, Maleno comenzó su labor asesorando a los inmigrantes que trabajaban en el mar de plástico almeriense. Fue su deseo de completar su conocimiento y realizar investigaciones y reportajes lo que le llevó a trasladarse a Tánger en el 2002, acompañada por su hijo, entonces de corta edad y hoy uno de sus apoyos fundamentales.

Casi desde entonces se convirtió en una persona molesta para las autoridades y fuerzas policiales a ambos lados del Estrecho. Valiente y decidida, comenzó denunciando los traslados forzosos de inmigrantes subsaharianos, a los que Marruecos abandonaba en el desierto limítrofe con Argelia, sin agua ni comida. En el año 2014 fue atacada por una turba de marroquíes que, espoleados por las autoridades, arrasaron el barrio tangerino de Bujalef, donde se concentraban miles de subsaharianos esperando dar el salto a Europa.


Su labor humanitaria fue considerada por la policía española como “implicación en redes mafiosas”


La situación personal de Maleno se complicó tras sus duras críticas a la actuación de la Guardia Civil en el paso fronterizo de Tarajal en febrero del año 2014. Su documental sobre la muerte de quince inmigrantes en la frontera ceutí levantó muchas ampollas. A partir de entonces se organizó una campaña orquestada contra ella en las redes sociales, repleta de insultos, deseos de que fuera violada e incluso amenazas de muerte. A ello se unió la denuncia policial española.

“En estos seis años se han vulnerado muchos de mis derechos y va a ser muy difícil que se me restituyan. Una situación que ha dejado muchas marcas en mi alma y también en mi cuerpo”.

Su último mensaje es para todas aquellas personas que “ahora mismo están siendo perseguidas y llevadas ante la justicia por hacer lo mismo que hago yo. Defender el derecho a la vida no es un delito”.

 

 

FUENTE:AQUÍ

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