Defender a quien defiende otra vez

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Hace algún tiempo las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo y solidaridad hacia Helena Maleno, la activista de ‘Caminando Fronteras’, un colectivo que lleva más de 20 años trabajando por la defensa y la dignidad de las personas migrantes en la Frontera Sur. En aquella ocasión, quienes conocíamos a Helena quisimos mostrar públicamente nuestra postura en unos momentos muy duros para ella. El Estado marroquí, gracias a la colaboración de instituciones democráticas del nuestro, como la Policía Nacional, había abierto un proceso judicial contra ella por la labor que venía realizando consistente en evitar muertes en el Mediterráneo. Helena se enfrentaba a unas acusaciones que pudieron traerle graves consecuencias, pero superó toda aquella situación y lo hizo, como ella misma ha reconocido luego en muchas ocasiones, gracias a la red de comprensión y cariño que obtuvo tanto de su entorno más cercano como del secundario en el que nosotros, como trabajadores del mar y militantes anarcosindicalistas, estamos o nos sentimos.

Dar la cara como lo viene haciendo Helena cada día desde hace más de dos décadas por miles de personas que se juegan la vida en la mar, a costa de su propia seguridad física y su honor como persona (y como mujer), es muy valiente y generoso.

Gracias a Helena se han salvado miles de seres humanos que habían quedado a la deriva en botes destartalados. Gracias a Helena, cuando otras miles no pudieron tener la suerte de salvarse, se generó debate llegando incluso a lograr que el mismo fuera tratado en los foros donde, en teoría, algunos pueden tomar decisiones que ayuden a cambiar o a mejorar esta realidad que muchos vivimos desde una durísima primera línea. Gracias a Helena, muchas personas han podido conocer el drama de la migración desde el prisma de la solidaridad, entendiendo que las fronteras matan y que son un negocio para empresas, Estados y Gobiernos. También, gracias a Helena, miles de personas han podido conocer el paradero de quienes un día sintieron que el mar era la única salida.

En estos días volvemos a enterarnos de un nuevo montaje contra Maleno. En esta ocasión las autoridades marroquíes le han obligado por la fuerza a estar fuera de su hogar y lejos de su hija, expulsándola del país en el que ha fijado su residencia desde hace muchos años.

Sabemos que quienes permiten que defensores de los Derechos Humanos sufran todo tipo de acosos y ataques son los mismos que consienten que miles de personas pobres pierdan la vida intentando alcanzar una oportunidad de futuro mejor. Por eso, entendemos esta persecución que sufre Maleno como un ataque no solo a su persona y a su entorno más cercano, sino también a todas aquellas personas, colectivos y grupos que trabajan o colaboran para garantizar el derecho a la vida de cualquier ser humano en la mar. Y por eso, desde nuestra sección sindical en un servicio público fundamental para garantizar el derecho a la vida en la mar como es Salvamento Marítimo, deseamos mostrar públicamente nuestro rechazo a esta nueva agresión a la compañera Helena y exigimos al Estado español, por las “buenas” relaciones que mantiene con Marruecos, que proteja a esta ciudadana, haciendo valer sus derechos como tal.

Sección Sindical de CGT Salvamento Marítimo

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