Las iniciativas por los refugiados se multiplican en Euskadi y la solidaridad desborda a los organizadores

Use las teclas ← → (flechas) para navegación

Mientras Europa materializa el ‘acuerdo de la vergüenza’, la sociedad civil se está volcando con los damnificados de la guerra. Las iniciativas ciudadanas se multiplican en Euskadi y la solidaridad desborda a los organizadores


Lo que comenzó como una idea entre dos amigos se convirtió en pocos días en una marea solidaria que ha reunido entre 40.000 y 50.000 kilos de ayuda humanitaria para los refugiados del campo de refugiados de Idomeni, ubicado en la frontera entre Grecia y Macedonia. Álvaro Saiz, fundador de la Asociación Humanitaria de Voluntarios de Galdakao (GBGE), y Koldo Goñi, del concesionario Bikar Motor, de Leioa, decidieron, de la noche a la mañana, emprender un viaje a Grecia con una vocación: prestar su ayuda a las miles de personas que se hacinan, en precarias condiciones, en el campamento griego. Contaban con un camión, propiedad de Goñi, con capacidad para transportar unos 4.000 kilos de ayuda humanitaria. Aprovechando esa situación, los amigos solicitaron a través de las redes sociales lentejas, café, productos de higiene para bebés… Y las respuesta de la sociedad vasca les desbordó.

Goñi y Saiz se encuentran ya en Idomeni, junto a otros tres compañeros. En el campamento se han encontrado con 300 voluntarios de toda Europa y mucha confusión. “Hay rumores de que se va a cerrar el campamento. Nosotros nos quedaremos hasta que se vaya el último refugiado. Y si hay gente con perfil cooperante que quiere venir a hacernos el relevo, aquí están las tiendas, aquí está el material, aquí está el proyecto. Que vengan voluntarios”, anima el galdakaoztarra Álvaro Saiz desde Idomeni.

Su primera labor en el campamento será dedicar una de sus carpas a la lactancia. “La gente ha estado utilizando agua de las fuentes cercanas que no está en condiciones para hacer los biberones y se están dando casos de diarreas en neonatos y pequeños, que están colapsando los hospitales de campaña. Por eso nos han pedido una de nuestras carpas y, junto con una matrona, vamos a crear un espacio donde las madres puedan amamantar a sus bebés y aquellas que no puedan hacerlo de forma natural puedan preparar la leche con agua de calidad y biberones de un solo uso para no tener que estar esterilizando”, explica Saiz.

El grupo vizcaino ha llevado consigo a Idomeni 4.000 kilos de ayuda humanitaria entre lentejas, productos de higiene y ropa infantil. El resto, “una barbaridad”, se ha quedado en Galdakao, a la espera de reunir fondos para poder ser enviado a Grecia. De momento, el GBGE no recibe más productos. En cambio, Saiz y sus compañeros están abiertos a recibir en Idomeni la ayuda humanitaria de cualquier otra iniciativa. “Aquí faltan carritos de bebé, ropa infantil de verano y medicación para la sarna, porque hay una epidemia y no se encuentra por ningún lado”, asegura.

La solidaridad de la sociedad vasca con los damnificados de la guerra ha superado cualquier expectativa. Las iniciativas para ayudar a los refugiados crecen. En Portugalete, por ejemplo, los vecinos han llenado dos contenedores con comida, artículos de higiene, pañales, ropa y mantas que partirá hacia el puerto griego de Tesalónica. El viaje estará sufragado por el Puerto de Bilbao, mientras que la gestión y coordinación correrá a cargo de Bomberos en Acción, presentes en Grecia. La respuesta ha sido tan abrumadora que se han quedado en tierra medio centenar de embalajes por falta de espacio.

Cargamentos a siria “La respuesta de la sociedad está siendo espectacular. Yo estoy sorprendida y he vuelto a creer en el ser humano. Ha sobrepasado con creces la respuesta de los organismos gubernamentales, de los líderes políticos, tanto españoles como europeos. La sociedad civil está dando lecciones constantes. Esta crisis, por llamarla de alguna manera, se está gestionando desde la sociedad civil”, asegura Melania Marcos, de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio. Creado en Madrid en 2011 con el fin de apoyar a aquellos que salieron a las calles del país árabe a protestar contra el presidente Bashar al Asad, el grupo se ha ido adaptando a la evolución de los acontecimientos y, en 2012, comenzó a realizar campañas para recoger material sanitario y médico para enviar al interior de Siria.

Desde entonces ha logrado introducir en el país árabe 34 contenedores cargados de unos 11.500 kg de ayuda humanitaria cada uno. “Aprovisionamos diez hospitales en Alepo, Idleb y Hama de todo tipo de material sanitario: aparatos médicos, material de curas y ortopédico”, explica Marcos. “En cualquier país europeo hay material que está en desuso, que envejece, se suplanta por otro nuevo y se deshecha. Pero poco a poco vamos haciendo más contactos”, agrega la activista. La asociación tiene puntos de recogida repartidos por todo el Estado -hay uno en Donostia y otro en Lizarra-, que se encargan de recopilar productos de primera necesidad, material escolar, sanitario, de emergencias… y enviarlos a Madrid. De allí parte a Valencia y, después, en barco, a Turquía, donde es recibido por otros voluntarios e introducido en Siria. Una de las partes más emocionantes del proceso para los activistas es cuando reciben los vídeos de la entrega del material donado a los damnificados de la guerra en Siria. “Cuanto más se ha recrudecido la situación, más ayuda hemos recibido. La gente está desesperada por ayudar”, sentencia Melania Marcos.

Con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio se pusieron en contacto Nagore García de Vicuña y Marian Bernal cuando lanzaron su iniciativa de recogida de portabebés desde Donostia. Comenzó el pasado 23 de febrero y en pocos días se sumaron más de cien puntos de recogida en todo el Estado (en Bizkaia hay ocho). “Nosotras no somos una asociación, es una iniciativa de madres para otras madres. No aceptamos, por tanto, donaciones económicas. La gente, si quiere, puede comprar un portabebés y donarlo. También puede hacer una aportación económica a la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio para ayudar a financiar los envíos”, explica Nagore. El grupo, compuesto por seis personas, ha conseguido reunir al menos 2.000 portabebés, que serán enviados próximamente a Siria.

En Gipuzkoa también nació la iniciativa de Salvamento Marítimo Humanitario de establecer en la isla griega de Chíos un grupo de rescate. El primer grupo partió el pasado diciembre y desde entonces han viajado ya 40 voluntarios, entre ellos el vizcaino Iñigo Mijangos. “Con el acuerdo de la UE con Turquía se ha sellado la frontera y ahora mismo nuestro trabajo como unidad acuática es mínimo. Ahora es cuando más trabajo tenemos en tierra”, explica Mijangos, quien describe la situación en Chíos como “caótica”. “Al bajar la intensidad del arribo de botes ha desaparecido la sensación de necesidad, pero hay mucha gente que necesita ayuda”, sostiene. De hecho, en la actualidad, cientos de refugiados malviven en el puerto a la intemperie. Sobre la decisión de algunas ONG de dejar de trabajar en las islas como protesta al acuerdo entre la UE y Turquía, Mijangos reflexiona: “Yo lo siento, dirán que soy un colaborador, pero yo no puedo ver a la gente sufrir y no atenderla”.

FUENTE:DEIA

Use las teclas ← → (flechas) para navegación