Los abogados de Extranjería solicitan entrevistarse con ellos para ayudarles en la tramitación de sus solicitudes
Apenas han pasado un par de noches en el pabellón deportivo del complejo de Cheste, donde se encuentran refugiados temporalmente la mayor parte de los 629 inmigrantes rescatados del mar por el «Aquarius», y ya ha comenzado la particular «diáspora» de algunos de ellos, quienes han optado por renunciar así a la comida, ayudas básicas y asistencia que Cruz Roja y otros organismos les están ofreciendo para que la estancia en el país de estas personas, durante los 45 días que tienen para tramitar la solicitud de asilo, sea lo más cómoda posible.
De los 467 adultos que estaban alojados el primer día, la cifra descendió ayer a 444 -402 hombres y 42 mujeres-. Aunque fuentes de Cruz Roja indicaron que no todos los que faltan es porque se hayan ido, sino que también responde a la redistribución a otros centros.
Con el documento de solicitud de cita para pedir la protección internacional, que les entregó la policía tras ser debidamente filiados, tienen pleno derecho para moverse libremente por todo el territorio nacional, aunque fuentes jurídicas aseguran que se les recomendó no abandonar las instalaciones donde están alojados estos primeros días, o al menos comunicar dónde iban a alojarse, mientras dure la tramitación de sus expedientes, porque podría ser contraproducente para la obtención del estatus de refugiado.
El presidente provincial de Cruz Roja en València, Rafael Gandía, explica algunos de los motivos por los que algunos migrantes habrían abandonado el refugio temporal en el complejo socioeducativo de Cheste, a la vez que indica que se trata de pocos casos, apenas una media docena de personas.
«No estamos seguros, porque no estamos pasando lista. Ellos están en régimen de libertad y tienen un permiso con el que pueden moverse libremente durante 45 días», explica Gandía. «Pueden salir, entrar, ir a València y hacer lo que quieran. Alguno no ha vuelto, pero no se sabe si esta noche [por ayer] volverá a cenar», aclara.
«Es algo normal y lógico. Nosotros no tenemos un papel de custodia», explica. De hecho, a lo largo de estos dos días los migrantes han salido del centro con total tranquilidad para ir andando a una gasolinera próxima a comprar tabaco, dar un paseo hasta el municipio de Cheste e incluso para irse en taxi a visitar València.
La intención de muchos de ellos, como ya explicaron Righi y Jamel, ambos argelinos, es marcharse a Francia, donde tienen familiares y creen que tendrán más facilidad para labrarse un futuro por una cuestión idiomática. Así, algunos de ellos ya han optado por irse por sus propios medios, o con la ayuda de algún amigo, al país galo y una vez allí solicitar el asilo en territorio francés.
Se trata principalmente de aquellos cuyos países de origen presentan más dificultades a la hora de que se les conceda el rango de refugiados.
Rafael Gandía apunta que una de las razones por la que se marchan antes de tiempo es precisamente porque no confían en obtener el asilo. «Son gente que no tiene fácil conseguir una situación más permanente y toma sus propias decisiones», añade el responsable de Cruz Roja.
Por el momento, ninguno de ellos ha acudido aún a la comisaría de Russafa, la ventanilla única policial en València a la que deben acudir los migrantes para solicitar formalmente el asilo. Tanto fuentes policiales como del Ilustre Colegio de Abogados de València (ICAV) aseguran que «todavía es temprano y entienden que estas personas se tomen unos días para descansar, asentarse y reciban la atención psicológica y médica necesaria previamente».
Rebeca Lino, presidenta de la sección de Extranjería y Derechos Humanos del ICAV, afirma que han solicitado poder volver a reunirse con ellos en Cheste para explicarles de una forma más detallada el asesoramiento legal que les dieron el primer día y reforzar aquellas cuestiones en las que tengan dudas.
De hecho, en la primera toma de contacto tras su desembarco el pasado domingo primaba la rapidez al tratarse de una emergencia, rapidez que fue criticada ayer desde la Comissió d’Ajuda al Refugiat( CEAR) .
«El ICAV, junto con las entidades especializadas, estuvimos explicándoles qué era lo que iban a firmar, que ellos no lo sabían, pero se informa en grupo y muchas de las personas no estaban en ese momento en una capacidad plena para determinar si querían ir a Francia o no. Ha sido un proceso muy rápido, que entendemos que debería de haberse hecho de una forma mucho más tranquila», remarcó el coordinador de CEAR-PV, Jaume Durá.
Aunque la solicitud de asilo no requiere asistencia jurídica, se ha recomendado a los inmigrantes que si quieren acudir acompañados soliciten la Justicia gratuita y se les designará uno de los 160 letrados especializados en extranjería con los que cuenta el ICAV.
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