La semana pasada fue la incautación del barco de Proactiva Open Arms y ayer conocíamos que tres bomberos sevillanos se enfrentan en Grecia a penas de hasta 10 años por rescatar personas del mar cerca de la isla de Lesbos.
Molestan los testigos, se criminaliza la ayuda humanitaria y, mientras, miles de personas siguen tratando de alcanzar las costas de Europa dejándose en muchos casos la vida por el camino.
El año pasado 3.116 personas murieron en el Mediterráneo tratando de alcanzar las costas de Europa. Refugiados, niños y mayores, que huían de situaciones extremas como la guerra en Siria ante la actitud vergonzosa de los gobiernos de la Unión que, lejos de ayudar, han ido poniendo cada vez más trabas llegando incluso a criminalizar a los voluntarios que se juegan la vida en el mar tratando de rescatar a otros seres humanos.
En Hoy por Hoy San Sebastián hemos escuchado a Iñigo Gutiérrez, de la ONG vasca Salvamento Marítimo Humanitario. Él es uno de esos voluntarios que en los dos últimos años y medio se ha jugado su vida.
Sección Sindical Estatal de CGT de Salvamento Marítimo.
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